Lo dicho aquí no será ninguna novedad para los ucranianos, pero quizás será de interés para los habitantes de otros países. Viendo las noticias en la tele o leyendo en internet a muchos les puede parecer que lo que está sucediendo en Ucrania es lejos y no les afectará directamente. Probablemente algunos pensarán incluso, que estos horrores que ocurren al final del primer cuarto del siglo XXI son un fruto de la propaganda y la guerra de información. Es una conclusión muy equivocada y aquí os explico por qué.

Según mi propia experiencia la información que está llegando a medios extranjeros sobre el conflicto en Ucrania sale de forma muy truncada y suavizada. Las redes sociales como Twitter y Facebook bloquean las cuentas de los usuarios que publican fotos o videos de hechos reales, fotos y videos de las consecuencias de los hechos del ejército ruso en el territorio ucraniano. El motivo de los bloqueos son esas imágenes “explícitas”.

Y así es. Lo que se ve en algunas imágenes es terrible. Obviamente, los cuerpos desgarrados y mutilados no lucen estéticamente agradables y pueden resultar chocantes. Pero como os podéis imaginar, lo que se ve en redes sociales es solo una pequeña fracción de lo que realmente está sucediendo. Créanme, la mayoría de las cosas simplemente no entran en los fotos y videos. Hay de órdenes de magnitud más de todos estos horrores y la apariencia suya es incomparablemente más terrible de lo que podéis ver o imaginar.

Intentando comprender la reacción de las redes sociales me hago una simple pregunta: ¿qué nos pasa a todos nosotros que no queremos ver lo que realmente está ocurriendo?

¿Quizás se piensa que estas imágenes de la muerte en forma de cuerpos, niños asesinados o restos esparcidos son fotos escénicas y lo que realmente está sucediendo no es tan drástico? Juzgando por la reacción de muchos gobiernos y grandes empresas multinacionales esto es exactamente así. Muchos de ellos siguen trabajando con/en RuZia que desde hace década y media continuamente lleva suministrando la muerte a diferentes países del mundo. Los líderes de algunos países dicen que los negocios con RuZia son más importantes para ellos y que no pueden renunciar las ganancias que dejarían de recibir por una ruptura decisiva de las relaciones con el régimen sangriento.

Probablemente, al estar a miles de kilómetros de estos hechos, la gente piensa en otras categorías, y más aún, está segura de que nada así puede llegar a su casa. Pero esto es exactamente lo que pensaban sus antepasados en 1939. No querían creer que la guerra llegaría a su hogar y comenzaría su sangrienta cosecha ya con sus familiares y amigos. Y todo esto ha sucedido por la misma razón: la gente no quería ver la realidad sangrienta y cruel y han puesto sus intereses materiales por encima de los valores humanos universales. Todo esto terminó con la Segunda Guerra Mundial, y ahora la humanidad sigue el mismo camino observando a Ucrania sangrar.

Hoy no solo estamos luchando por nuestra tierra y por nuestro hogar. Lo hacemos también por aquel que nos ayuda desde lejos y también por aquel que no quiere saber nada y solo se queja de nosotros cuando tratamos de mostrar lo que está pasando aquí. Hacemos esto por aquel que no está preparado para luchar contra un enemigo que le supera en números y equipamiento. A pesar de todo, lo estamos haciendo por los de Francia, un país que durante los 8 últimos años ha suministrado a RuZia más armamento que ningún otro país (incluso más que Alemania).

¿Os acordáis de que Francia tenía una fuerza militar y una población comparable con las de Alemania en 1940? Aun así, sólo pudo resistir durante un mes y medio. Y eso teniendo a Gran Bretaña luchando a su lado. Ucrania está luchando sola porque nadie se atrevió a ponerse de nuestro lado en esta lucha. Ya hemos resistido durante tres semanas y no tenemos dudas en nuestra victoria. Lo único es el precio que tendremos que pagar por ella. Pero deberíais que tener en cuenta que RuZia tenía planes de ir más allá de Ucrania. Sus políticos y funcionarios en varias ocasiones hablaron abiertamente sobre sus intenciones de llegar hasta Varsovia y Berlín, pero los detuvimos en Ucrania.

Piénselo, quizás es la hora de ver lo que está sucediendo con una mirada sobria. Quizás es la hora de que así lo haga su gobierno. Y lucharemos con todas nuestras fuerzas por nosotros y por vosotros, sin importar lo que se decida.